La Unidad de radiología vascular e intervencionista del Hospital Universitario de Álava inició en el año 2015 su andadura en la terapia frente a la trombosis arterial intracerebral, el llamado Código Ictus.

Tras realizar periodos formativos tanto a nivel nacional (Unidad de Neuroradiología Intervencionista del Hospital Donostia) como fuera de nuestras fronteras (Estrasburgo, Hospital Karolinska en Estocolmo...) los Dres. Maynar y López Zárraga comenzaron a prestar este servicio terapéutico en la OSI Araba.
A ellos se han unido en la prestación el resto del equipo tanto médico como de enfermería y TER que a su vez también han realizado su esfuerzo formativo.

Como resultado, recientemente se han cumplido los 150 tratamientos de extracción de trombo cerebral en otros tantos pacientes alaveses. Gracias a ello se ha evitado su traslado a San Sebastián donde se sitúa uno de los centros de referencia de Osakidetza para la terapia intravascular neurológica. Dicho traslado suponía una demora de aproximadamente una hora antes de poder iniciar el tratamiento para la extracción del trombo. Y se estima que se pierden 1.900.000 neuronas por cada minuto que la sangre no llega al cerebro.

Durante el año 2017 se trataron 44 pacientes y en lo que va de 2018 ya van para 55 los enfermos que se han podido beneficiar en mayor o menor medida de este tipo de intervención.

El Código Ictus tiene elementos clave que pueden mejorar los resultados y entre ellos está la sensibilización y formación de la población en reconocer los signos y síntomas. Así, una desviación de la boca hacia un lado, o una dificultad para hablar, o una torpeza en alguna extremidad con perdida de fuerza, pueden ser signos de alerta de que se está produciendo un ictus. Ante esa situación debe avisarse inmediatamente al 112.

Otro elemento clave es la respuesta coordinada por parte de los profesionales sanitarios involucrados, desde los conductores de ambulancia hasta los neurólogos que evalúan al paciente y deciden si su situación puede resolverse sólo con tratamiento médico ( introducción de un fármaco por vena que disuelve trombos pequeños) o requiere de la participación de los radiólogos intervencionistas o de los neuroradiólogos intervencionistas (para extraer trombos grandes).
Los radiólogos intervencionistas y los neurointervencionistas son los responsables directos de la intervención en la que se “abre” la arteria que se ha ocluido por un trombo que impide el paso de la sangre al cerebro.

El reconocimiento de los síntomas, la coordinación entre los profesionales implicados y la rapidez en la respuesta son por tanto las claves adecuadas para intentar conseguir la mayor eficacia en el tratamiento.